martes, 18 de junio de 2024

Arcano El colgado, la gran desilusión.

 El colgado. Arcano 12. "El destino inevitable".

El arcano el colgado, es una imagen de un espíritu que a quedado suspenso, en la existencia, tras algo exterior o interior que lo situó en ese estado.
Desde ahí puede contemplar la existencia y ver el sufrimiento y la insatisfacción inherente a ella.
Puede ingresar en un estado de des ilusión.

Representa la vision clara de la insatisfacción y el sufrimiento de la existencia que antecede el comienzo de una nueva búsqueda, de liberarse de el aferramiento a los fenómenos del mundo.
En la descripción del viaje del héroe representa el estadio de responder al llamado y salir voluntariamente del mundo ordinario, el mundo de la realidad comunal del valle  para emprender el viaje a la cima de la montaña del mundo extraordinario.

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Cómo símbolo previo a la profunda transformación del arcano 13 de la muerte nos indica que las opciones y posibilidades tan valoradas previamente están llegando a su mínima expresión o están absolutamente  negadas, negadas en el sentido de que están perdiendo o siendo anuladas de su sentido.

Los munones rojos nos sugieren que el debe sacrificar sus antiguos modos de actuar y comprender para poder ingresar en una verdadera transfiguración.
En la preparación del cadáver antes de la transfiguración natural que se da con la descomposición en la tierra o el fuego, se expresa simbólicamente la necesidad de preparar al ego para la verdadera transfiguración del ego, de la personalidad que se fue configurando en esa existencia.

Jung, sobre esta etapa de recogimiento y renuncia afirma:"muchos de sus antiguos dioses han caído del árbol, entre ellos la imagen de la vida como la madre benéfica".
En la renuncia a la esperanza en lo que se puede conseguir en el mundo de los humanos está la causa , la determinación de liberarse de la sed, del deseo del ego humano.

En las fases del duelo psíquico que se interpreta la fase de la ira cuando caen las esperanzas del ego a los pies del caballo de la muerte, a los pies de la impermanencia, es en ese punto que puede , que está el potencial de vislumbrar la resignación, la renuncia a tan preciados deseos y temores del ego.

La palabra sacrificio procede etimológicamente de el hacer sagrado, el sacralizar la sed de existencia del ego, sus logros y metas, transformándolo en una auténtica aspiración a la transcendencia.
Al igual que los integrantes de la rueda de la fortuna, en este arcano el protagonista es la humanidad, el ego humano que está a merced de los dioses, llevado por los vientos karmicos, que lo conducirán hacia un nuevo destino.
Jung, respecto a este cambio de percepción ante la realidad suspensa afirmaba:" Si quedáramos colgados, nuestra visión se podría despejar y podríamos experimentar la visión satori".
Un momento culminante de el buda shakiamuni es cuando se sienta frente al árbol y se detiene toda la participación del mundo, quedar suspenso, extático, y así despertar.

Al quedar totalmente vulnerables como ego  en la intención de dominar la realidad, en la enfermedad, en la agonía o en la vejez, la existencia nos coloca en una situación y vivencia del poder perdido, de callejón sin salida.
En algunas versiones del colgado algunas monedas caen al suelo de sus bolsillos, simbolizando la caída de los valores mundanos.
Caen también por ende los aferramientos, o dejan al individuo en una situación existencial en la cual podamos despegarnos de los valores existenciales que estamos dejando atrás, junto con esa existencia o ese ciclo que termina.


Esta situación puede activar en nosotros la necesidad 
de ir soltando las demandas del ego al mundo, de relativización de las demandas o deseos del ego.
La leyenda cuenta que Osiris espero tres días , cómo la carne en el matadero, para poder ser despedazado.
En la filosofía budista se presentan reflexiones sobre la impermanencia, sobre el sufrimiento de la vida en el mundo como vía para buscar profundamente liberarnos , como el paciente que cuanto más conciente es de su enfermedad más va a buscar la sanación.

Las energías que se habían expandido hacia el mundo serán sumergidas hacia el inconciente para su profundización y complecion.
Así como el árbol necesita profundizar en las raíces de la tierra para poder expandirse con más fundamento, también en la vejez o en el final de un ciclo, necesita profundizarse en la experiencia vivida para poder expandirse.
Jung afirma que una ley de gravedad existencial nos conduce , nos hunde en lo profundo de nuestra psiquis:"" El fallar" de lo que uno había proyectado, la imagen salvadora, donde uno había proyectado su poder".
Plutón como planeta que rige y potencia los procesos de muerte y renacimiento, nos desposee, nos suelta , a veces a la fuerza, de todo a lo que estaba proyectado el ego, para poder abrirnos a un poder superior y más trascendente.
A través de la aceptación de la "crucifixión" existencial el hombre coopera con su destino y puede en ese sentido cooperar, y hasta participar de su destino en la medida que se predispone hacia determinados cambios . 
Por ejemplo, si se terminó un vínculo afectivo y la persona queda elaborando un duelo en un estado que se puede ver representado por el arcano del colgado, si toma un compromiso por cambiar la forma de vincularse y determina una nueva realidad vincular , influye claramente en el nuevo destino que se está delineando, configurando.

Siguiendo con la simbología cristiana el colgado como experiencia de crucifixión, puede haber naturalmente un proceso de ir de el sentir la experiencia del abandono del universo, de lo que experimentamos como divinidad en el vivenciar la "perdida" de lo tan valorado , y allí poder resonar con la expresión " padre porque me has abandonado" de el cristo histórico.
A la aceptación auténtica de lo que pasó y está aconteciendo en el presente podemos resonar con la siguiente expresión :" Padre, en tus manos encomiendo mi alma".

El colgado como metáfora.

El colgado está, impotente ante el destino que se le impone, no puede caminar, irse, volver ,etc.
Por ello es , una forma de reconocer que nos encontramos así, impotentes, en relación a la existencia.
Hay un ego que desea, teme y anhela experiencia en el mundo, y al mismo tiempo, una realidad que es fundamentalmente insatisfactoria, y sufrimiento en la mayoría de los casos, por ello la imagen del colgado explícita, muestra, está realidad de la existencia humana.

A la costumbre de colgar se la suele llamar, también como desconcentrar, frustrar, confundir, y era también una forma de humillar, en la cual, la persona se la expone , impotente.ante la comunidad.

El colgado como posibilidad de inversión de la visión.

Al estar boca abajo también está simbolizando el poder ver la realidad desde un punto de vista completamente diferente al que en la cotidianidad se puede tener.
Se a suspendido el transcurrir cotidiano , el caminar normalizado, para poder comprender lo que nos ocurre desde otra visión.
Por ello, para Jung y otros autores, el colgado aparece comodo en la situación de estar boca abajo, como si se hubiera colocado a propósito allí. 
Al mismo tiempo, la aureola de luz alrededor de su cabeza que denota su estado iluminado, su nueva comprensión.

El colgado, enmarcado por los dos árboles, puede significar una especie de ataúd , también el útero o matriz materna, como un estado intermedio, de transición, hacia una nueva forma de existencia, cualquiera ella sea.
Quizás la naturaleza, o el universo, su propia mente, lo mantiene confinado en ese estado, para que pueda resurgir, tras el proceso de transformación, de profundo cuestionamiento, en un nuevo renacimiento.
Podemos pensar que, al igual que el recién nacido, se encuentra suspendido de los tobillos, y ello lo conduce a una nueva vida.
El Ser que se encuentra en esta transición, suspendido entre dos polos de la existencia( muerte y nacimiento).
Es en ese estado, provocado por factores de la realidad o destino que nos empuja a ello, o una desicion interna , como por ejemplo de un retiro o viaje, podemos lograr una contemplación, de observación imparcial del propio proceso de la existencia y todo el ciclo de deseo y sufrimiento e insatisfacción que genera.
Sobre este proceso de suspensión, hasta el renacimiento, Jung afirma:" todos hemos sentido el desamparo y la soledad de sentirnos colgados en el abismo eterno"
En un estado de profunda introversión, que también puede ser de tristeza, el sentido del tiempo cotidiano se pierde, y uno puede sentir que seguirá allí , hundido en ese estado por siempre.
También la sensación de vernos desamparados, solos en ese estado, por más que estemos rodeados de seres queridos.
Para Jung este estado es propiciado o catalizado en varias culturas a través de los llamados ritos de pasaje, para lograr renacer a un nuevo estado:" en todos los ritos iniciáticos se realiza está práctica de aislamiento, para propiciar el estádo de suspensión, y así potenciar la entrega a lo espiritual, a comprender y vivenciar el sentido de la existencia ".

El silencio de la caverna.

En varias tradiciones se representa al iniciado en un conocimiento o estadio espiritual, como habitando una cueva oscura y en soledad, allí se encuentra con su propia conciencia y puede adquirir un nivel de conciencia superior de la realidad, comprender la ilusión de la vida cotidiana y así, lograr salir de allí en un renacimiento, en un nuevo estado de conciencia.
Al igual que en el mito de Jonás en el vientre de la ballena, en t
radiciones de buscadores solitarios que se quedan solitarios en altas montañas y cuevas solitarias, tanto en oriente como en las tradiciones cristianas .
También se atraviesa, de forma muy similar está experiencia en los llamados ritos de pasaje, en los cuales el iniciado es sometido a un tiempo de aislamiento en el cual se lo aparta del mundo ordinario para pasar al mundo extraordinario, como describe Campbell en su descripción del viaje del héroe.
Algo exterior nos puede empujar a la cima de la montaña, desde una crisis personal, existencial o la desicion interior de encontrarle un sentido a la propia existencia.
Es un momento en el cual necesitamos salir de la repetición compulsiva de la vida cotidiana podemos comprender el sufrimiento y la insatisfacción nuestra o colectiva.
" Ya mori, nací y olvidé lo que viví, supe la verdad , hoy ya no la recuerdo" ( cuatro pesos de propina, náufrago).

El sacrificio del ego.
Para lograr una distancia de la experiencia cotidiana y comunitaria, para acceder a niveles de comprensión superior, muchos seres humanos emprenden largos viajes solitarios, estadías en la naturaleza, etc.
El sacrificio implica el hacer sagrado lo que no lo era en nuestra visión a través el cambio de la visión, de la concepción.
Los muñones rojos nos dan a entender que deberá el sacrificar los antiguos modos de actuar y comprender.
Necesitamos sacrificar las viejas visiones de la realidad y nosotros mismos que se generaban para lograr los deseos de el ego separado o la voluntad del ego , como lo describe Schopenhauer, para que pueda nacer una nueva visión de la realidad.
A propósito de este proceso de sacrificio Jung nos dice:" sacrificar nuestras imágenes egocéntricas significa hacer la vida mas pura y santa".
Muchos de los " dioses" de las grandes ilusiones, han caído del árbol, entre ellos la imagen de la madre tierra como madre benéfica.
Una imagen de alguien benefactor que lo protegiera de toda desgracia, que le proveyera de sus deseos, etc.
En vez de ello se a encontrado con la gran desilusión de un mundo, de una realidad, que es , en su fundamento, causa de insatisfacción y sufrimiento.
En algunas representaciones del colgado se representa que está perdiendo monedas que caen naturalmente al suelo , representan la caída de los valores mundanos, de los valores de la vida en el valle de la vida comunitaria, que " caen por su propio peso".


Soltando el destino.

Al igual que los animales colgados en la rueda de la fortuna están a merced de el destino, el colgado es una víctima , un pasivo receptáculo a merced de la voluntad de los dioses.
Su necesidad, su deseo y hasta desesperación, se encuentran muchísimas veces en contradicción con el devenir de la existencia, y cuando se logra alguna de sus voluntades , se verá permanentemente temiendo perder lo que posee o cree poseer.
El Ser humano puede darle un sentido a su existencia, comprender la causa de el sufrimiento y la insatisfacción que experimenta, mientras que el animal simplemente lo padece, en palabras de Schopenhauer "" está tan desamparados como los animales, pero con la diferencia de que puede indagar su destino y comprender su significado, mientras que los animales pueden apenas soportar su destino ".

El colgado externamente está inmovilizado ante la realidad, pero internamente es un baile de liberación, es la liberación que genera el comprender el sinsentido de todo.
Es, dado vuelta el arcano del mundo, pues comprende el sentido de todo lo experimentado como parte de su evolución, es como que tiene un vislumbre de su propia liberación, a logrado un desprendimiento de la experiencia inconsciente, de la vida, y está comprendiendo el sinsentido de la misma.
Comprendiendo el sinsentido de la búsqueda de la satisfacción en el mundo, ante la " amargura de la vida" , ante la comprensión verdadera de ella, la " sed de la existencia" se extingue.

Al fallar el mundo se hace caer la imagen salvadora que uno había proyectado, desvaratandose la imagen ilusoria que sobre el se había generado.
Lo que genera ese estado puede ser una inmovilización repentina por enfermedad, una enfermedad espiritual le deja sin respuesta, bloqueado hacia adentro.
Podría asociarse con la fase de la tristeza o depresión de el proceso del duelo , en la cual hay un retraerse del mundo y de gran desilusión.

" Quién sentía a diario la capacidad de dominar la vida, ahora descubre que, incomprensiblemente, a perdido el control, a dejado de tener sentido el mundo.
Se siente, casi literalmente, como un vegetal, perdido en el mundo del inconsciente, incapaz de controlar nada de su cuerpo o mundo físico."

En los ritos de pasaje de varias culturas, el iniciado es también sometido a una inmovilidad física, en una minimización de su movilidad , para que puedan conectar con la perdida de control de el mundo y de si mismos, para que pueda renunciar , en términos de la filosofía budista, a ese ilusorio control.
Jung observó que la vida y la propia psiquis, en sincronización casi siempre, a los seres humanos que persistían en querer controlarlo todo desde el egocentrismo, los ubicaba en una situación de impotencia y de pérdida ( inmovilizado físicamente, psicológicamente) , para que así pudieran ver la realidad desde una perspectiva más real .
La mayoría de las personas buscan desesperados retomar la vida de dominio y logros previa a la crisis, en la cual se había interrumpido.
Sobre el intento de control de la realidad por parte del ego de la persona,Jung afirma:" A través de la aceptación de la crucifixión el hombre puede aceptar su destino, y en ese sentido, decidirlo.
Y al aceptarlo logra trascenderlo".

Luego de la afirmación bíblica que expresa la desesperación:" padre , porque me has abandonado".
Está la aceptación de la realidad y la entrega a un poder superior:" en tus manos encomiendo mi espíritu".

Yo soy el colgado.

" Yo soy la parada, yo soy meditación ".

El detener o detenerse la retroalimentación con el mundo, con el Samsara, en términos de la filosofía budista, es el estado de suspenso, de éxtasis, que permite la gran meditación sobre el mundo y lo que en el ocurre.

Yo, el colgado, dejo de identificarme con la comedia del mundo, yo ofrezco en sacrificio, las inquietudes de mi ego".

El dejar de identificarnos , de participar de las comedias y ficciones del mundo, el detener la rueda del Samsara, es el sacrificar las inquietudes, las apetencias del ego en el mundo."
El arcano del mundo , que representa la completa individuación, es posible tras el soltar la identificación con nuestro ego y su narcisismo expresado en diversas máscaras.

" Yo soy el sacrificio, yo soy la inmovilidad, yo soy el no elegir".
Por destino impuesto o por propia comprensión la persona humana tiene el potencial de nihilizar o dejar de identificarnos con los deseos, con los sueños del egocentrismo que habla la filosofía budista o la voluntad de Shopenahuer.

" Yo soy la gestación, yo soy el feto".

El silencio creativo , el vacío zen de contemplar el mundo desde la quietud, desde la no participación, desde el no estar en la comedia.

" Las palabras, las obsesiones y las emociones ya no me atan".
" Yo corte las ramas, y e velado mis manos del deseo de hacer".
La idea de atadura, de conexión atrapante con el mundo social y cultural, es una que se comparte con 
los pares, lo que nos ata es el deseo, la sed de gloria, de felicidad.

" Desde una esfera ronda solo hay paz, a una distancia infinita del río de los deseos, solo conozco la indiferencia".

Alejados ya de los deseos y ambiciones mundanas podemos identificarnos únicamente con la indiferencia que no es sinónimo de indolencia , ecuanimidad que no es sinónimo de frialdad, que es expresión del ir pudiendo superar el apego y el deseo enmlas filosofías orientales.

" Yo soy el no elegir".
El buda, al colocarse en el árbol bodhi, y decidir dejar de participar del Samsara, el dios Odín que decide colgarse del árbol para tener una visión de las runas y su significado, o el eremita que se retira a la montaña, todos ellos representan el movimiento de distancia, de suspensión del compulsivo girar del mundo, de la vida comunitaria del valle, para poder tomar y conquistar una visión del mundo y del sufrimiento que en el se despliega.