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miércoles, 23 de noviembre de 2022

Arquetipos de transformación.

Arquetipos de transformación. Parte 1(colgado, la muerte y la templanza).



En este artículo analizamos símbolos que de forma complementaria nos describen el proceso de transformación a la luz de la interpretación de Carl Gustavo Jung y de la visión de Jodorowsky , comprendiendo en esta primera instancia el arcano de la muerte que es el número 13  y el antecedente que es el arcano del colgado y el posterior que es la templanza.
En el arcano de el colgado vemos el proceso de liberación, de entrega del ego, para poder llevar adelante la posterior transformación.

Cómo el buda histórico afirmó, cuanto mayor es el reconocimiento de la necesidad de la medicina, mayor será el compromiso con la sanación y con la transformación.
El arcano de el colgado nos deja en una situación en que tenemos el potencial de enpoderarnos de la transformación en clave de oportunidad.
Tras la transformación llega la síntesis , y la nueva configuración, el renacer, que está representado por el arcano de la templanza.
Respecto a el arcano de la muerte desarrollamos un artículo que aquí queda el link para compartir.

El proceso de transformación ya sea en un cambio profundo existencial, en una muerte física o por una combinación de varias causas, tiene siempre un movimiento simbólico, arquetípico , que es prehumano, que está más allá de nuestra intervención conciente, pudiendo haber condiciones que lo potencien, cómo conocimiento, experiencias anteriores significativas, maestros , etc.

El colgado. Arcano 12. "El destino inevitable".

Cómo símbolo previo a la profunda transformación del arcano 13 de la muerte nos indica que las opciones y posibilidades tan valoradas previamente están llegando a su mínima expresión o están absolutamente  negadas, negadas en el sentido de que están perdiendo o siendo anuladas de su sentido.

Los munones rojos nos sugieren que el debe sacrificar sus antiguos modos de actuar y comprender para poder ingresar en una verdadera transfiguración.
En la preparación del cadáver antes de la transfiguración natural que se da con la descomposición en la tierra o el fuego, se expresa simbólicamente la necesidad de preparar al ego para la verdadera transfiguración del ego, de la personalidad que se fue configurando en esa existencia.

Jung, sobre esta etapa de recogimiento y renuncia afirma:"muchos de sus antiguos dioses han caído del árbol, entre ellos la imagen de la vida como la madre benéfica".
En la renuncia a la esperanza en lo que se puede conseguir en el mundo de los humanos está la causa , la determinación de liberarse de la sed, del deseo del ego humano.

En las fases del duelo psíquico que se interpreta la fase de la ira cuando caen las esperanzas del ego a los pies del caballo de la muerte, a los pies de la impermanencia, es en ese punto que puede , que está el potencial de vislumbrar la resignación, la renuncia a tan preciados deseos y temores del ego.

La palabra sacrificio procede etimológicamente de el hacer sagrado, el sacralizar la sed de existencia del ego, sus logros y metas, transformándolo en una auténtica aspiración a la transcendencia.
Al igual que los integrantes de la rueda de la fortuna, en este arcano el protagonista es la humanidad, el ego humano que está a merced de los dioses, llevado por los vientos karmicos, que lo conducirán hacia un nuevo destino.
Jung, respecto a este cambio de percepción ante la realidad suspensa afirmaba:" Si quedáramos colgados, nuestra visión se podría despejar y podríamos experimentar la visión satori".
Un momento culminante de el buda shakiamuni es cuando se sienta frente al árbol y se detiene toda la participación del mundo, quedar suspenso, extático, y así despertar.

Al quedar totalmente vulnerables como ego  en la intención de dominar la realidad, en la enfermedad, en la agonía o en la vejez, la existencia nos coloca en una situación y vivencia del poder perdido, de callejón sin salida.
En algunas versiones del colgado algunas monedas caen al suelo de sus bolsillos, simbolizando la caída de los valores mundanos.
Caen también por ende los aferramientos, o dejan al individuo en una situación existencial en la cual podamos despegarnos de los valores existenciales que estamos dejando atrás, junto con esa existencia o ese ciclo que termina.


Esta situación puede activar en nosotros la necesidad 
de ir soltando las demandas del ego al mundo, de relativización de las demandas o deseos del ego.
La leyenda cuenta que Osiris espero tres días , cómo la carne en el matadero, para poder ser despedazado.
En la filosofía budista se presentan reflexiones sobre la impermanencia, sobre el sufrimiento de la vida en el mundo como vía para buscar profundamente liberarnos , como el paciente que cuanto más conciente es de su enfermedad más va a buscar la sanación.

Las energías que se habían expandido hacia el mundo serán sumergidas hacia el inconciente para su profundización y complecion.
Así como el árbol necesita profundizar en las raíces de la tierra para poder expandirse con más fundamento, también en la vejez o en el final de un ciclo, necesita profundizarse en la experiencia vivida para poder expandirse.
Jung afirma que una ley de gravedad existencial nos conduce , nos hunde en lo profundo de nuestra psiquis:"" El fallar" de lo que uno había proyectado, la imagen salvadora, donde uno había proyectado su poder".
Plutón como planeta que rige y potencia los procesos de muerte y renacimiento, nos desposee, nos suelta , a veces a la fuerza, de todo a lo que estaba proyectado el ego, para poder abrirnos a un poder superior y más trascendente.
A través de la aceptación de la "crucifixión" existencial el hombre coopera con su destino y puede en ese sentido cooperar, y hasta participar de su destino en la medida que se predispone hacia determinados cambios . 
Por ejemplo, si se terminó un vínculo afectivo y la persona queda elaborando un duelo en un estado que se puede ver representado por el arcano del colgado, si toma un compromiso por cambiar la forma de vincularse y determina una nueva realidad vincular , influye claramente en el nuevo destino que se está delineando, configurando.

Siguiendo con la simbología cristiana el colgado como experiencia de crucifixión, puede haber naturalmente un proceso de ir de el sentir la experiencia del abandono del universo, de lo que experimentamos como divinidad en el vivenciar la "perdida" de lo tan valorado , y allí poder resonar con la expresión " padre porque me has abandonado" de el cristo histórico.
A la aceptación auténtica de lo que pasó y está aconteciendo en el presente podemos resonar con la siguiente expresión :" Padre, en tus manos encomiendo mi alma".

Arcano de la muerte.


"La muerte representa el estado en que las partes del antiguo se reconstituye un nuevo ser , en una nueva forma y por ello es casi irreconocible.
Le llevará un largo tiempo reorganizarse, reconfigurar se del shock de la experiencia de aniquilación, de desintegración inesperada.

El esqueleto simboliza la necesidad de perder la identificación con el cuerpo por parte del yo o ego.
La imagen del desmembramiento de las partes del cuerpo constituye un dramático llamado a la iluminación de la relación con nuestro cuerpo actual, con las emociones asociadas a el a consecuencia de darle verdadera entidad.
Jung consideraba a cada una de las penalidades de las transformaciones como dolores de parto de un nuevo renacimiento:" bienaventurado quién llore una vieja proyección que a servido por mucho tiempo para refugiarse y esperanzarse con esa ilusión".
El esqueleto puede interpretarse como un diagrama que describe la forma de ser de las cosas".
Cómo que queda el fundamento, el esquema esencial sobre el cual se estructura todo el cuerpo.
Cómo que se minimiza a su versión mínima o esquemática para luego volver a desarrollarse y regenerarse en una nueva configuración.
Hay una imagen que se relaciona a un buda asceta que es como un esqueleto, y previo a la iluminación y liberación definitiva.


La guadaña está llena de un color rojo intenso que es expresión de la destrucción que implica, y al mismo tiempo su actitud es de creación.
En las experiencias de muerte y renacimiento y también en su expresión simbólica , se hace patente una extrema oposición entre sufrimiento y éxtasis, entre oscuridad y claridad espiritual.

El hecho de que en el tarot de Marsella el arcano sea sin nombre es una forma de no darle lugar, de no reconocerlo como parte de nuestra existencia inconcientemente.
De hecho filósofos cómo Heidegger afirman con razón que es la posibilidad que irrumpe y anula todas las otras posibilidades, que irrumpe y anula, silencia, y detiene todos los ciclos vitales y de nuestro ego y sus deseos en el mundo.
El 13 se interrumpe en el doce horas, en los doce meses de un ciclo anual.
Rechazamos y nos aterrotizamos ante esta visitante inesperada, pese a que podamos intelectualmente saber que inevitablemente llegará como una síntesis entre el nacimiento y la muerte.

La aceptación de la propia muerte auténticamente es el punto de inicio de buscar la propia libertad respecto al mundo para las filosofías orientales, cómo ya desarrollamos en este artículo sobre la impermanencia en la filosofía budista.
Para Jung también se constituye en una forma de individuación, de liberación respecto del mundo y el tiempo:" aceptar el hecho de que perecemos en el tiempo es una especie de victoria sobre el tiempo".
Shakespeare simboliza la naturaleza espiritual que adquiere el ser humano al aceptar su muerte física en la figura del rey leal.


Cómo reconocimiento de la íntima conexión entre la muerte y la transformación espiritual, las iniciaciones antiguas requerían que el iniciado se enfrentará a la experiencia de la muerte.
En el tarot, el arcano de la muerte parece tener una máscara, dando a entender que la muerte puede surgir tras las apariencias más imprevistas, tras los días más cotidianos.
La muerte cabalga y bajo sus pies están las partes desmembradas de un cuerpo, simbolizando las partes de la individualidad, todo ego como individualidad, y su poder se disuelve, en una masa amorfa.

En las figuras pictóricas, el jinete de la muerte se enfrenta a la humanidad como un todo, es impersonal este encuentro entre la muerte y el colectivo humano.
Casi en toda la la historia de la humanidad se daban rituales en los cuales un colectivo social y familiar se enfrentaba a la muerte como por ejemplo en los rituales de velatorio, etc.

En la pintura de botlin, " la isla de los muertos", el acercamiento a la muerte se da de forma individual, es un viaje solitario hacia una tierra desconocida.
En lo colectivo nos refugiamos, nos escondemos del hecho de la soledad de nuestro viaje al más allá, y de la existencia en la vida en este mundo.

Se le pregunto al filósofo huindu cómo se preparaba para la muerte y su respuesta fue que "cada día muero un poco".
El hecho de ir soltando los apegos, los objetos sobre los cuales se proyecta el ego, va preparando nuestra psiquis , va preparando el espíritu para la gran renuncia que es el mundo tal como lo conocemos en esta forma de existencia que es la única que conocemos.
El proceso de acompañamiento del propio proceso del morir desprendiendonos y cerrando temas del ego es va sincrónicamente liberando un potencial de ser que estaba encerrado o encapsulado en la estructura de apegos en la cual nos desarrollabamos en la existencia.
El héroe que se enfrenta a la muerte sentirá insatisfacción de los antiguos placeres , se habrá vuelto un desconocido respecto de a sus antiguos amigos y afectos. Todo el proceso de nihilizacion, de vaciamiento de sentido, es consecuencia de comprender y vivenciar el carácter impermanente de la existencia humana y de la vida en general.
El hechizo, la ilusión de maya ya no hace efecto, pues hemos tomado de la medicina de la comprensión.

Referencias.

*Salie Salles, "Jung y el tarot".